jueves, 7 de abril de 2011

Valsequillo merece los 10 años.

Tener la razón
Por Herberto Rodríguez Regordosa

La presa de Valsequillo fue construida en 1946 para embalsar 400 millones de metros cúbicos de agua destinados a irrigar 33 mil hectáreas en los valles altos de Puebla. Su espejo de agua es dos veces el de Valle de Bravo y solamente está a 25 km del centro de la Ciudad de Puebla. En su época fue una obra emblemática de infraestructura hidráulica con la cual se quiso honrar políticamente el trabajo del poblano Don Manuel Ávila Camacho como Presidente de México.
Hoy, el panorama es desalentador: su capacidad de almacenamiento ha disminuido en un 45%; el agua almacenada presenta importantes índices de contaminación ya que recibe las aguas residuales insuficientemente tratadas de más de 3 millones de personas que habitan en Puebla y Tlaxcala y su agua no tiene las condiciones para poder ser utilizada para riego de hortalizas ,además que el área que aprovecha su riego se ha contraído a la mitad. Así que podemos concluir que ya no cumple los objetivos para los cuáles fue diseñada y edificada.
En estos días hemos escuchado muchas noticias que hablan de Valsequillo. Por un lado el director del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua comentó que sanear la presa llevará al menos 10 años, aunque aclaró que si se realizan las obras necesarias, los cambios pueden empezarse a notar en 2 ó 3 años. Por otro lado, tanto el Gobernador Moreno Valle como el Alcalde Rivera han señalado que la zona que rodea a la presa puede ser considerada la más importante reserva territorial para garantizar el crecimiento urbano de nuestra Angelópolis. Esta reserva territorial solo es viable si se garantiza el rescate ecológico de la presa, librándola de las descargas residuales (tanto humanas como industriales) que hoy iestán fuera de la Norma Oficial Mexicana.
Por ley, hoy las poblaciones de más de 20 mil habitantes de Puebla y Tlaxcala debieran cumplir las condiciones para las descargas residuales que son compatibles con la vida acuática. En términos técnicos esto implica que la calidad del agua no debiera superar los 30 miligramos por litro de demanda bioquímica de oxígeno (DBO) y 40 miligramos por litro de sólidos suspendidos totales (SSP). El agua de nuestros ríos hoy tiene 10 veces más contaminantes de los permitidos. El no cumplimiento de dichas normas implica que la Comisión Nacional del Agua debiera imponer sanciones a los municipios fuera de norma (prácticamente todos), mismas que han sido condonadas año tras año por presiones políticas pero muchas veces por la inviabilidad económica y financiera que resulta del tratamiento de las aguas. Hay municipios que tienen las plantas construidas, se ha hecho la inversión en colectores, pero simplemente les resulta muy gravoso el pagar el recibo de electricidad para operarlas y prefieren asignar los recursos a obras más vistosas que sí dan votos.
La estabilidad económica de nuestro país en estos últimos años ha creado condiciones para poder pensar en grande. La planta de tratamiento de Atotonilco, por ejemplo, ha sido licitada recientemente en un esquema de inversión público-privada y será la más grande del mundo para tratar las aguas residuales generadas en la Ciudad de México. Para el rescate de Valsequillo se debe pensar de manera similar, en grande, logrando juntar inversiones pública, privada, nacional e internacional para realizar un proyecto integral.
Lo primero que quiero puntualizar es que el rescate del lago es técnicamente viable. Construyendo colectores y plantas de tratamiento a lo largo de los ríos Zahuapán (Tlaxcala), Atoyac y Alseseca; vigilando y sancionando la calidad de las descargas industriales; aumentando la capacidad de las plantas existentes para que hagan un tratamiento más completo, limpiando el cauce de los ríos y tratando in situ el cuerpo de agua de Valsequillo; podemos sin lugar a dudas, lograr en 10 años una presa totalmente saneada, donde se vuelva a pescar, a nadar, a esquiar y a disfrutar sin ningún riesgo de enfermar.
Lo segundo es que es económicamente factible. La justificación económica se obtiene básicamente de 4 factores: la posibilidad de tecnificación y cambio de cultivos del distrito de riego 030 (multiplicando por 10 su valor actual); la posibilidad de plusvalía de las tierras aledañas (¡22 mil hectáreas!) para lograr un desarrollo urbano y ordenado (distribuyendo el valor justamente a los propietarios e inversionistas); la riqueza ecológica y lacustre que se puede aprovechar (por ejemplo turísticamente) y finalmente el ahorro en gastos y riesgos para la salud que representan los contaminantes y patógenos que hoy están en el agua.
Si es técnica y económicamente viable rescatar Valsequillo, solo queda valorar si es políticamente rentable. 10 años suenan demasiado tiempo para un Alcalde que solo estará 3 e incluso para un Gobernador que estará 6. Las obras de esta naturaleza no pueden ser de corto plazo y requieren una visión política de otro nivel y de otro alcance. Si bien es cierto que por años se ha hablado del rescate de la cuenca y del cuerpo de agua, también es cierto que el paquete ha quedado demasiado grande a los gobernantes anteriores.
Rivera pero sobre todo Moreno Valle, tienen la oportunidad de demostrar ser verdaderos hombres de Estado (en el único sentido que un hombre puede ser de Estado que es por su búsqueda permanente del Bien Común y del largo plazo), si logran concretar este proyecto asumiendo que trascenderá a sus propias gestiones.
Si llevamos ya casi 70 años contaminando sus aguas, creo que Valsequillo merece la oportunidad y la espera de 10 años para ser saneada. Aunque para nuestros políticos pueda ser mucho tiempo, la verdad es que por un proyecto así, es como se pasa a la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario